viernes, 30 de agosto de 2013

¡Celebramos el medio millar de visitas con Cloe!

¡Qué bien suena eso! Aunque tan sólo una valiente se atrevió a comentar una entrada, agradezco a todos aquellos que hayan entrado el tiempo que hayan dedicado a este blog. Hoy, para celebrar las 500 visitas que ya hemos superado, os dejo un pequeño fragmento de la novela:

-”No les hagas caso… Solo cómetelas. Ni las mires. Vamos, pensaré en otra cosa… ¿Qué haré hoy en el taller? Puede que termine el mantelito de ganchillo, o…”-pensaba con las manos temblorosas mientras cogía el tenedor con el primer trozo de croqueta.-”No sé qué estarán haciendo ahora mis amigas… ¿Iris estará con ese chico? ¿Y cómo será? ¿Tendré alguna vez novio…?”-el trozo de croqueta ya estaba triturándose en su boca.-”Alguna vez iré con Alba a la discoteca… ¿falta mucho para que venga mamá? ¿David habrá preguntado por mí hoy cuando ha visto que ya no estoy…?”-la croqueta ya había bajado por su garganta y Cloe se disponía a meterse otro trozo.-¡Sí!-gritó con gran alegría, para desconcierto de la enfermera.-¡Me lo he tragado!

Cuando tienes un problema de alimentación, cualquier pequeño logro se convierte en la más grande de las victorias, ¿no es cierto? Felicidades a todos y todas los que vayáis consiguiendo día a día esas victorias. 

Recursos actualizados

Añadido: Lectura

miércoles, 28 de agosto de 2013

Terapia animal

Hoy quiero hablaros de los grandes beneficios que puede suponer una mascota (siempre y cuando el paciente sea amante de los animales y responsable con ellos) para personas con casi cualquier tipo de enfermedad, aunque tan sólo veremos el caso de los trastornos de alimentación.
Yo he tenido la gran suerte en esta vida de contar con el mejor psiquiatra del mundo, mi chinchilla Pipo (es una especie rara, pero cada vez más valorada como mascota). Cuando estaba en uno de los puntos más críticos de mi recuperación, en los inicios de comer sólidos, mi madre me ofreció la posibilidad de adoptar al animal que yo quisiera, puesto que conoce la pasión que tengo por ellos y sabe que hago cualquier sacrificio por ellos. Entonces, mi sacrificio iba a ser esforzarme en comer.

Decidí sin pensarlo demasiado que quería una chinchilla (la gran mayoría de ellas acaban siendo un abrigo...) y así fue como en navidades llegó a mí Pipo, a quien bauticé nada más verle. Lejos de reacciones extrañas, cuando lo vi en medio del comedor, abrí la jaula, le acaricié sonriente y le dije: "Hola, Pipo." Así sin más.

Se convirtió en mi paño de lágrimas, le contaba lo que no le decía a nadie, y me lo colocaba al lado mientras comía. ¿Para qué? Porque viéndome a su lado quería salir a jugar conmigo, y de esa forma yo daba lo que fuera por él: comía más rápido, más cantidad. Él estaba a mi lado y me animaba.

Conozco otro caso, de un chico que estuvo ingresado en la UTA, que se puso el turbo para recuperarse y tuvo un aliciente en el hospital: por la ventana veía siempre una familia de gatitos, su animal predilecto. Sabía que cuando se recuperara, tendría el suyo propio, y así fue. Ahora se ha creado entre ellos un vínculo tan grande como entre Pipo y yo. Inseparables. Especiales.

Pero repito: no a todo el mundo le benefician los animales si no se saben manejar, ni todos los animales pueden resultar adecuados. Ni todo el mundo está hecho para convivir con una mascota después de las primeras semanas o meses, cuando todo parece fantástico... Yo siempre lo he sabido, y ahora me toca a mí cuidar de Pipo: está mayor y le medico todos los días, mañanas y noches. Y le doy papilla. En fin, le estoy cuidando como él hizo conmigo.

lunes, 26 de agosto de 2013

Recuerdos adolescentes

Ayer por la tarde me acordé de un suceso que tuvo lugar cuando yo peor estaba con mi enfermedad. Iba con mi mejor amiga de aquel entonces paseando por la playa en que yo veraneaba. Y entonces, no sé como salió el tema, pero me dijo que la noche anterior se había provocado el vómito porque comió "demasiado".
Yo había llevado en secreto mi trastorno, tan solo lo sabía mi familia, porque sentía que si les decía a mis amigos con 13 años que no comía porque me daba miedo tragar, no me entederían. Pero en ese momento estallé, y sin más le crucé la cara de un bofetón a mi amiga. Y lo solté todo.

"¡Yo quiero comer, pero de verdad que no puedo, es superior a mí!" le dije. "Y tú, que no tienes ningun problema para tragar, que puedes comer tranquila, lo has vomitado porque quieres." No es que no entendiera que mi amiga estaba cayendo en un gran problema, sino más bien al contrario: lo que vi es que una persona a la que quería casi como una hermana se iba a meter en el mismo infierno en que yo llevaba medio año sin salir. Que su vida se iba a convertir en una pesadilla cada vez que se levantara. No lo podía permitir.

Cada día me dediqué a preguntarle qué había comido, y vomitó unas pocas veces más, pero no perdió demasiado peso. Al año nos distanciamos y cambiamos de amistades, pero pude ver con alivio que había subido algo de peso y se veía muy saludable. Estuvo a punto de caer al pozo pero, por suerte, se le quitó la idea de la cabeza antes de acabar metida de pleno en la anorexia.

Desde aquí hago alusión a todas aquellas niñas que aún no han caído, a esas que dicen: seré anoréxica hasta que adelgace x kilos y luego lo dejaré, a esas que creen que lo podrán controlar. No, queridas, esto es como el tabaco: una vez empiezas, es muy difícil quitártelo de encima. Yo no comía por miedo, y no sabéis lo que me duele saber que al mismo pozo se puede entrar por no querer comer. Caminos distintos, pero mismo doloroso destino.

Confía en quien te quiere, no estás solo/a

Imagen: pixabay.com

domingo, 25 de agosto de 2013

miércoles, 21 de agosto de 2013

¡Mirad, éste fue mi trastorno de alimentación!

¡Guau! Nunca me había planteado buscarlo en Internet, pero he dado con él a la primera... Para que me entendáis mejor, os copio el artículo y su web al final:



Hay personas para las que comer cualquier alimento sólido puede convertirse en un momento angustioso, y no porque rechacen el alimento en sí, sino porque, cuando tienen que tragárselo, sienten un gran temor a tragar y a asfixiarse por atragantarse con la comida. Este miedo suele ser persistente y estar totalmente injustificado, apareciendo lo que se conoce como fagofobia.
La aparición de este miedo también está ligado a la toma de medicamentos en pastillas o grageas, por lo que puede dificultar que quienes padecen esta fobia sigan un tratamiento médico de forma correcta.
La dificultad para tragar es totalmente psicológica, ya que cuando los pacientes acuden al otorrino y éste les examina el esófago, no encuentra nada anormal que pueda justificar dicha dificultad para tragar. Sin embargo eso no hace desaparecer el miedo de los pacientes, que pueden llegar a sufrir una gran malnutrición por miedo a comer, llegando incluso a ingerir sólo alimentos líquidos o fáciles de tragar después de haberlos masticado concienzudamente para evitar el atragantamiento.
Sin embargo, su comportamiento no es gratuito, ya que el miedo a tragar viene dado por la sensación que tiene el paciente de que se le estrecha la garganta cuando va a tragar, lo que se traduce en el miedo a que la comida se les quede atravesada en el esófago o incluso pase al aparato respiratorio y les produzca la muerte por asfixia.
Normalmente esta fobia está asociada a experiencias de atragantamiento o a situaciones de gran ansiedad o incluso a ataques de pánico, que provocan la sensación de estrechamiento de la garganta y de dificultad para comer. Por ello, una de las principales vías para el tratamiento de esta dolencia es conseguir que los pacientes se relajen para ayudar a la deglución, así como ejercicios de relajación de la musculatura de la cara o desviar la atención cuando se mastica o se traga.
FUENTE: http://psicoblog.com/fagofagia-miedo-a-tragar/

Y esto fue lo que me llevó a una anorexia... (recordad que en sentido estricto, el concepto se refiere a la negativa de ingerir alimentos, sean cuales sean los motivos).

Recursos actualizados

Añadido: Mandalas

martes, 20 de agosto de 2013

Nueva sección

¡Buenos días! ¿Qué tal va Agosto? Por lo menos en mi tierra podemos soportar bastante bien las temperaturas, jeje.
Como ya he mencionado, le doy mucha importancia al entretenimiento. Creo que es una de las cuestiones más terapéuticas que hay, por lo menos en mi caso. Así que voy a abrir una nueva sección, Recursos, para ir colocando todas aquellas actividades que puedan servir para relajarse, matar el tiempo y no pensar en problema alguno durante, al menos, el ratito que se les dedique.

¡Cada nuevo recurso será explicado aquí, en la página principal!
¡Seguid disfrutando las vacaciones, si tenéis!

¡Cloe en librerías!


sábado, 17 de agosto de 2013

Una frase de mi mami

Este era su lema cuando yo peor estaba. Si yo empeoraba, no era motivo de drama: ella estaba segura de que el día siguiente sería algo mejor. Y así fue. Poquito a poquito...

¡Qué buena noticia!

¡Hola a todos! Hoy quería compartir un feliz momento que viví ayer. Estaba yo atareada redecorando mi habitación (por cierto, muy recomendable a la hora de combatir el aburrimiento) cuando me llamó mi padre, entusiasmado. ¡Resulta que se pasó por una de las librerías más grandes que tenemos por Castellón y se topó de bruces con mi novela! ¡Y yo sin enterarme! En fin, mi pequeña Cloe es toda una trotamundos.

lunes, 12 de agosto de 2013

Más cosas sobre Cloe

Hoy escribo esta entrada para contar algo más sobre la protagonista de mi novela. Cloe crece página a página, comenzando sus andanzas como una niña cualquiera de cinco años y finalizando la historia como una mujer hecha y derecha.
La parte central de la trama tiene como eje, tal y como era de esperar, la anorexia. Decidí además tratar la anorexia nerviosa, la más común, en que predomina la imagen distorsionada del propio cuerpo. Pese a que no es mi caso (que explicaré con calma en el foro), pensé que más gente se sentiría identificada con Cloe que conmigo, ya que, pese a que los sentimientos producidos por la enfermedad suelen ser muy similares, no es así la propia enfermedad, siendo mucho más extendida la de nuestra protagonista.
Y otro punto a aclarar es el hecho de no haber comenzado la novela pura y simplemente por el tema a tratar, y haber hecho hincapié en la vida de una niña que poco a poco se va convirtiendo en una adolescente con sus alegrías y preocupaciones típicas de cada edad. Pues bien, he hecho esto porque (que alguien me corrija si me equivoco) todo el mundo tenemos una vida anterior a esta enfermedad, todos tenemos una historia propia, y no por el hecho de tratar la anorexia en una novela vamos a dejar a su protagonista sin vida personal, aislando su enfermedad de su desarrollo como persona.
De esta manera, Cloe es una personita ficticia a la que quiero que el lector aprecie, conozca y comprenda antes de verse enfrascado en los problemas de un trastorno de alimentación que superar, después de haber visto que esa niña tuvo siempre una vida ideal que aparentemente garantiza no tener problemas el resto de su vida... O eso creen bastantes personas.

domingo, 11 de agosto de 2013

Estrés, ansiedad o aburrimiento

Cuando padecemos alguna enfermedad relacionada con la alimentación, solemos pagar todo lo que nos suceda con la comida. Bien sea para comer demasiado o dejar de comer, las situaciones conflictivas que se nos plantean a lo largo de la vida no suponen tan solo un bache en nuestra vida personal, sino también en la salud. Así pues, debemos ser plenamente conscientes de esta vulnerabilidad para poder luchar contra ella antes de que aparezca algún problema a la hora de alimentarnos debidamente.

Otra cuestión a tener en cuenta muy positiva en situaciones de ansiedad o aburrimiento es la adquisición de hobbies, sean cuales sean, ya que siempre nos ayudarán a mantener la mente ocupada y distraída para no crearnos nosotros mismos problemas innecesarios. Cualquier hobby que queráis compartir será bienvenido y agradecido por todos aquellos lectores que se quieran beneficiar. De vez en cuando añadiré alguna entrada con los míos, ¡que no son pocos!